Archivo por meses: octubre 2013

Retales de su Vida (3)

Cuatro mulas tenía el hombre, que yo tenía que llevar a comer todas las noches a los montes de los vecinos porque decía que tenían mejor hierba que la suya. Cagado de miedo allá iba yo pensando que se me iba a aparecer lo que llamaban la Estantía (luces del otro mundo), a veces veía a lo lejos una luz de gas carburo,( porque electricidad en aquel entonces no había) y temía que fuera la Estantía o la Santa Compaña, que es en la mitología popular gallega una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos de una parroquia. Su misión es visitar todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción.

Aunque el aspecto de la Santa Compaña varía según la tradición de diferentes zonas, la más extendida es la formada por una comitiva de almas en pena, vestidos con túnicas blancas con capucha que vagan durante la noche.

Esta procesión fantasmal forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire. Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor

La procesión va encabezada por un vivo (mortal) portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, notándose su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.

Esta persona viva que precede a la procesión puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa. También se cree que quien realiza esa «función» no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta).

Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla.

A su paso, cesan previamente todos los ruidos de los animales en el bosque y se escuchan unas campanas. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos y realmente asustados.

De esta forma me pasé dos años, llevando las mulas al monte de los vecinos, pero al final me libré de la Estantía.

Continuará…

Retales de su Vida (2)

Fui el sexto de diez hermanos. Mi madre murió cuando yo tenía cinco años. Mi hermano José, el mayor contaba con 17 años y la segunda y mi única hermana tenía 16, es decir éramos todos muy jóvenes. Mi padre nos quería muchísimo, pero al tener tantos hijos, era duro con nosotros. Ejercía de padre y de madre, de hecho aún recuerdo cuando todos los fines de semana calentaba agua y nos bañaba en un balde donde comían los animales. A los seis años comencé a trabajar llevando nuestras vacas a pacer (comer el ganado la hierba del campo) al prado o al monte. A los dos años de quedar viudo, mi padre se casa con una cuñada; pero como la propia madre ninguna. Mi madrastra nos discriminaba, mostrando preferencia por alguno de mis hermanos, pero el resto callábamos y otorgábamos mostrando  respeto. En esta época tener una  yegua era un lujo y el animal que todos queríamos cuidar, porque nos gustaba cabalgar encima de ella, pero también nos costaba nuestras broncas por parte de padre, por temor a que llevásemos un golpe.

Cuando tenía siete años, nos visitó Antón, un labrador de una aldea vecina, pidiéndole  a mi padre que le dejara llevarse un hijo para su casa a servir,  y ayudarle en las tareas del campo; ofreciéndole a cambio mi manutención con ropa y calzado nuevos. Pero lo que entendía este pobre hombre por nuevos era remendar los pantalones hasta que no se sabía cual era su tela de origen. En esta casa dormía en una cama de madera que tenía por colchón un montón de paja llena de pulgas. Al poco tiempo de llegar ya me tocaba a mi de ir todas las mañas, al levantarse de cama, por cubos de agua a una fuente que estaba a unos cien metros de la casa. Otro trabajo duro era cuando tenía que cargar el carro de tojo, poniéndome yo arriba y el abajo, pero este hombre lo hacía tan mal que cuando terminábamos  parecía la joroba de un camello. Lloré muchas veces por las espinas que se me clavaban en las piernas. Recuerdo una vez que fuimos a una finca que debía estar a unos 500 metros  a buscar dos fardos de avena para los animales. Me puso un fardo en la cabeza, que era más grande que yo y me caí al suelo.

No puedo con él

– ¿Como no vas a poder?, entonces no tienes fuerza ninguna

Sacó al fardo la mitad y terminé llevándolo.                      CONTINUARÁ…

Retales de su Vida (1)

A mis noventa años esto es lo que recuerdo.  « Escribe ahí chaval»,    y   yo escribo:

Allá por el año 1865 más o menos, nace mi abuelo en la parroquia de Sofán en la provincia de A coruña, Sr. Clemente DOCAMPO Bastón  y se muere cuando venía de hacer su tercer viaje de Cuba en el puerto de Vigo en Pontevedra a sus 48 años más o menos. A día de hoy seguimos sin saber donde está enterrado.  De la unión de Clemente y Antonia Pena oriunda de algún lugar de la provincia de A coruña, salen mis padres Manuel CAMPOS Lamas y Josefa Gonzalez Pena. Resalto en mayusculas el apellido de mi abuelo y mi padre, porque en Galicia en aquel entonces al igual que hoy, hay mucha gente interesada en hacer desaparecer el idioma Gallego. Como se puede ver no hicieron una traducción directa del apellido porque sino sería Clemente Del Campo Bastón, pero claro ese » Del» implicaba alcurnia (linaje) y tampoco interesaba; y así es como nos cambian el apellido al castellano a mi padre, a mi, a mis hermanos, a mi hijo y a mis dos nietos.   La castellanización  duró siglos en Galicia.                                                                               CONTINUA…

Tienen memoria

IMG-20130908-WA0000Esta preciosidad se llama Lua.

Llegó a casa cuando tenía mes y medio de vida y ahora tiene 3 años, tiene muchos amig@s, pero ninguna relación seria.  Siempre hemos intentado darle una educación exquisita, claro está que para eso la recibió en la escuela pública, que es la mejor.

Si vamos de paseo, el 99% de las veces va suelta ( y vivo en un pueblo de 19.000 habitantes) nunca se baja de la acera hasta que se le ordena y para en todos los pasos  cebra sin decirle nada. Cuando está jugando con sus amig@s se le llama y viene siempre a la segunda, sabe beber en las fuentes públicas y nunca mea ni caga (que se recoge)hasta que llega a algún sitio que tenga hierba.

Siempre había oído que la raza canina tiene una memoria de segundos y aunque se le riña, al rato ya ni le acuerda, pues verán:

Un día fuimos a un parque que nunca estuvimos en él y estuvimos jugando con un palo, cuando terminamos lo escondí en lo alto de una fuente por donde corría el agua por él y no se veía a simple vista. El caso es que tardé en volver a ese parque más de 5 meses y en medio de eso con muchos días de lluvia, pues mi sorpresa fue que cuando volví se fue corriendo a la fuente y se me puso a llorar mirando para arriba, claro que yo no me acordaba de que había escondido el palo hasta que un rato más tarde me dí de cuenta. Eso quiere decir que tienen memoria, porque con lo que había llovido por el olfato es imposible, además que fue llegar al parque y escapar corriendo para la fuente antes mencionada.

También saben contar, porque lanzo 3 juguetes en direcciones distintas y hasta que me trae los tres no para.  Mi Lua os quiere saludar GUAU GUAU.

¿Te acuerdas?

Verdes, si, si, eran todos verdes, menos cuando estaban enfermos que se ponían morados, como los pimientos de Herbón.

La verdad que no sé si sería porque el verde es el color de la esperanza, y aún no la habían perdido.

Recuerdo aquellos libros de lectura de la E.G.B. (Educación General Básica),  que nos contaba historias sobre ellos y casi siempre nos atacaban y acababan invadiéndonos. Años más tarde aparece una serie televisiva en que también eran verdes, pero con cabeza de lagarto y siempre llegaban en platillos volantes, los que ahora llamamos extraterrestres antes eran siempre Los Marcianos, que por supuesto venían de Marte y tenían dos antenitas en la cabeza; pero claro  como ahora ya llegamos a Marte…

 

Aprovecha el tiempo

El tiempo más perdido de la vida, es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.  Cuando somos jóvenes ansiamos ser mayores de edad para ser más libres, o tener coche, o poder votar, etc. y cuando somos adultos ansiamos volver a ser jóvenes.  Perdemos mucho tiempo lamentandonos: cuando sea mayor…  o,   si pudiera volver a ser joven….

Hay gente que dice que se aburre y a otros el tiempo nunca nos llega a nada.

La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes.
John Lennon (1940-1980) Cantante y compositor británico.

Reloj blando en el momento de su primera explosión – Salvador Dalí.

 

Tenemos un problema

Cada vez vivimos más años, pero nuestro cerebro se nos muere antes, debido a las enfermedades demenciales y lo peor es que no se le ve solución a corto plazo.

Así que eso de que si eres joven no eres sabio, dale tiempo al tiempo y aprende la lección; creo que va a ser al revés.

Yo soy de los que pienso que esto sucede a tanta contaminación ambiental y a la cantidad de alimentos que tomamos contaminados con sustancias químicas, que son la mayoría. La solución aunque parezca mentira está en nuestras manos y no en las grandes multinacionales, simplemente hay que ponerse a ello y cada uno de nosotros tomar medidas día a día. ¿como?, alimentación natural y tradicional, transporte limpio a poder ser que al mismo tiempo nos valga como deporte, etc. y lo más importante, constancia, constancia y más…

Etimoloxía, Etimología, Origem, Etymology, sanasaíocht, : JACHEKI


Palabra utilizada para espantar a los gatos, en el noroeste de la península Ibérica, más concretamente en Galicia en la comarca de Bergantiños, en A coruña.  Palabra prácticamente en deshuso y difícil de oír a no ser en algunas zonas rurales.

Jacheki, no aparece en ningún diccionario, pero hace 35 años, cuando yo era un niño se usaba mucho. La primera vez que la oí fue en boca de mi madre, que a pesar de lo que significa la palabra, ella era una gran amante de los animales.

Bueno, pues de esta forma y un 12 de octubre de 2013, empiezo una nueva faceta, escribir lo que se me ocurra en esta página.